Huyendo de la Matemática
irresolublemente me refugio en tus
ojos
queriendo ser la coordenada perfecta
que pueda unir tu vida y la mía.
Quisiera ser la variable
independiente
capaz de elevarte a la máxima
potencia
de amor y deseo, entre paréntesis
desde cero al infinito más eterno.
Si pudiera graficaría mis
intenciones
para que puedas contemplar las
tendencias
y
predecir los acontecimientos futuros
con el mínimo margen de error
aceptado.
Tenemos un factor común al menos
nos gusta cerrar el círculo
y el eje solo gira en torno al
vector
que conduce tu boca hasta la mía.
La función que resume nuestro amor
es una ecuación muy complicada
y a veces sus signos no son muy
claros
pero el resultado es una sumatoria
genial.
mayo de 2001
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