Ave que sobrevuelas mi alma
con aterciopelado pelaje
y esbelta figura
es peculiar tu belleza
y singular tu hermosura.
Nave de algodón que me invita
a conocer un mundo nuevo
no importa cuán lejos quede
cuantas veces se va mi corazón
y cuántas veces vuelve.
Sólo lo importante permanece
no importa su forma
tan cerca como tocarte
sin evitar pensar
tan lejos como olvidarte.
A qué distancia
y en qué tiempo
dime cuál es la altura
a la que mi amor puede
acariciar tu ternura.
Cuántos hijos ha parido
como un vientre de mi pecho
cuántos el futuro traerá
y cuántos pese a la tristeza
nuestro pasado enterrará.
Julio de
2001
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